Diferentes tecnologías antiespumantes para recubrimientos arquitectónicos

Los antiespumantes convencionales -como los siloxanos, el aceite mineral y otros antiespumantes a base de aceite orgánico- son materiales insolubles y de baja tensión superficial que funcionan mediante un mecanismo de incompatibilidad. Por lo general, los antiespumantes más fuertes son más incompatibles, mientras que los más débiles son más compatibles. Los antiespumantes más fuertes son requeridos para una mayor viscosidad, una mayor concentración de volumen de pigmento, un menor brillo y recubrimientos más gruesos en los que la espuma es más tenaz, pero estos recubrimientos también resisten el flujo por lo que son menos propensos a los cráteres y pueden aceptar antiespumantes más fuertes e incompatibles. Los recubrimientos de menor viscosidad, película delgada, menor concentración de volumen de pigmento, mayor brillo y transparentes son más fáciles de desespumar, pero son más propensos a la formación de cráteres; por lo tanto, se recomiendan antiespumantes más débiles y con mayor compatibilidad.

Los antiespumantes moleculares, que son exclusivos de Evonik, son antiespumantes y desaireantes a base de surfactantes, sin silicona y sin aceite que son muy efectivos contra la macroespuma y microespuma. Proporcionan una buena inhibición y eliminación de la espuma. Como también son surfactantes, suelen proporcionar una buena compatibilidad, ofreciendo así al formulador un equilibrio entre una buena capacidad antiespumante y una buena compatibilidad. Son adecuados para formulaciones de baja viscosidad, brillo medio, baja concentración de volumen de pigmento (PVC) y recubrimientos transparentes que pueden ser muy sensibles a los cráteres y puntos de alfiler. Los antiespumantes moleculares también son muy eficaces para romper la microespuma (pequeñas burbujas <100 nm atrapadas en el líquido) donde otros antiespumantes tienen menos éxito. Debido a sus exclusivas estructuras de tensoactivo Gemini (gemelo), también pueden aportar propiedades adicionales de humectación dinámica a la formulación. Los antiespumantes moleculares pueden utilizarse en combinación con otros antiespumantes para mejorar el control de la espuma.

Los desaireantes están diseñados específicamente para actuar sobre las burbujas en el seno del líquido. Actúan por debajo de la superficie del líquido permitiendo que las burbujas se fusionen y suban a la superficie más rápidamente. La desaireación es más problemática con las burbujas más pequeñas, como la microespuma, donde las pequeñas burbujas no suben a la superficie con la suficiente rapidez y quedan atrapadas en el seno del recubrimiento al secarse. Los desaireantes son eficaces en sistemas y aplicaciones que son propensos a grandes cantidades de aire atrapado o microespuma, como cuando se utiliza la pulverización sin aire y aplicaciones de alto volumen y baja presión (HVLP), sistemas de alta viscosidad o tiempos de secado rápidos.

Los antiespumantes moleculares funcionan bien tanto en la eliminación de espuma como en la desaireación. Los desaireantes también pueden ser desaireantes de siloxano modificados, diseñados para eliminar los problemas de espuma, puntos de alfiler y "popping" en los recubrimientos base agua aplicados mediante tecnologías de pulverización sin aire, asistida por aire o HVLP, sin generar defectos en la superficie. Los desaireantes pueden ser especialmente efectivos contra la microespuma, dejando una superficie sin defectos, incluso cuando se aplican capas gruesas o cuando se pulverizan recubrimientos muy viscosos.

¿Qué significa esto para los recubrimientos arquitectónicos? El amplio portafolio de antiespumantes de Evonik permite una selección mucho más fácil y segura de un antiespumante óptimo para la variedad de formulaciones de recubrimientos arquitectónicos y aplicaciones. Por ejemplo, se pueden seguir estas directrices para la selección del antiespumante. Si las moliendas de pigmento tienen una alta viscosidad y contenido de pigmento y se someten a un alto cizallamiento, estas condiciones indican la necesidad de un antiespumante fuerte. Para la espuma en la fase de dilución y de aplicación, son adecuados los antiespumantes de siloxano y de aceite orgánico. Para recubrimientos de baja viscosidad, con menor PVC y más delgados, como los tintes para madera, son óptimos los antiespumantes más compatibles o un antiespumante molecular. Para la eliminación de la microespuma, como la que se experimenta con la aplicación por pulverización sin aire de los recubrimientos viscosos, pruebe desairear con un antiespumante molecular o un desaireante. Algunas formulaciones requieren dos antiespumantes diferentes: un antiespumante fuerte en la molienda y un antiespumante más débil en el ampliado para eliminar la espuma de la aplicación.